Amor,
a veces despierto
con la sensación de que sigues a mi lado
siento tu beso imaginario
rozar la comisura de mi boca.
Sobre tu recuerdo anidan los pájaros sombríos.
Mis días pasan cobijados por la niebla depresiva
y la vida se me aferra al cuerpo como una enfermedad.
No existe bálsamo en la tierra
que cure la llaga de la pérdida.
El tejido de mi piel pierde la memoria de tus manos
y no sé qué hacer con esta sensación
que hierve en mis adentros.
Amor,
en tu silencio vive el oscuro llamado del ocaso
la soledad se adueña de la casa.