sandor

El día que le di la vuelta al pesimismo

 

Me estaba convirtiendo
en un serio aspirante al pesimismo
por no mirar de frente
y alzar la vista al cielo
a ver si una paloma
me daba alguna pista
de todas las derrotas
o buscando en el subsuelo
como un gato callejero
algún mensaje amigo
(en el suelo ya hacia tiempo
que no habia encontrado nada).

En resumen
los lunes ocupaban toda la semana.
Hasta que me fijé que en el fondo
del bar
donde me daba todo vueltas
había otros ojos distintos a los míos
que me hablaban.
Notaba esa mirada
pálida e incierta
de la que está cansada
de tanto desapego
pero doblé mis ojos
sobre la barra
para beber el resto de mi copa
fuera de la vista
de aquella chica...
dejando de mirarla.
y es que hasta la lluvia me habia
abandonado
y el Real Oviedo
deambulaba por segunda
sin ganar un partido
jornada tras jornada
y no la distinguí muy bien
hasta que se acercó
casi a mi lado
a pedir la cuenta.

Te invito , yo, le dije....
no sé de dónde saqué fuerzas
pero era tan bonita
que a mis labios
no pude contenerlos .
Y hubo un silencio largo
hasta que me dijo
una frase inesperada y tan sensual:
-qué bobo eres...!
...¿ y si no acepto?..
No me des esos sustos
le dije, justo antes de que fueran al encuentro
por primera vez
nuestras dos bocas.

Y volvió a llover
en mis pupilas
al igual que en las aceras
y los lunes
volvieron solo el lunes
pero con mucha menos fuerza
y Beethoven acudió
de nuevo a mis oídos.

Poco a poco
se fue quedando atrás esa seria
candidatura al pesimismo
y comencé a quererla pronto.
Desde entonces
a mi alrededor
nada se quiebra


Carlos