Franklin Sandi

Ojos de perro encadenado

 

 

Veo unos ojos de perro encadenado

que más que mirar me gritan

como si me pidiesen la luna

para correrla.

 

Me agacho para mirar

mi histórica corbata y pienso:

¿qué se creerán esos ojillos locos

que me piden la luna

como si fuese un queso?

 

No es curioso lo que piden

lo extraño es que me pidan

locuras que también yo pedí

alguna vez esperanzado.

 

Ajeno a todo dar o pedir o recibir

cierro los ojos

para no ver aquellos ojos

desolados y solos

que me gritan

desde el fondo del espejo.