Andela

Los inĂștiles

Aprovechando la algarabía,

marcharon unos cuantos, a la mar,

y en vez de guardar la ropa,

fueron directos a nadar.

 

Les vi partir al mediodía,

dijo una voz popular,

¡tremenda tropa!,

¡vaya vidas!,

gritaban todos sin parar.

 

Pero pasaron los días,

y se acabaron por callar,

se acabó la algarabía,

y en luto quedó la ciudad.