A tardes es que llegas 
como viento por la ventana
desolando cada parte, 
estremeciendo, ya sin ganas.
Fuiste eso, 
el amor mas grande,
ahora un tedio,
antes rebosante.
Y menos aún,
tu voz escandalosa ya a mi alma,
que las letras derrumbaban
mis castillos de arena 
como ola en un segundo.
Despreciado camino en el que llegas,
como nube descargada 
tan sedienta,
persigo un arcoiris intentando alcanzar a cada paso, 
que resuena ya el campanario.
Y ya no lleva tu nombre...
ni tus apellidos, ni tus ojos,
ni tu boca ni sonrisa,
Ya no existes más.
Bea Ramírez