ubik

EL RAPTO DE LAS METAMORFOSIS

 me coronaste con el laurel 

de tu vienttre

mientras fuimos residentes  de la lluvia

y de tanto rastrear el cielo

la luna nos brindó su epitafio

forjado con las noches en miniatura 

del aullido

que exige inmolarnos

 en la alteridad del instante

donde nos arrojaron exhaustos

hasta dejar sin reflejos el deseo

 

nunca parece tarde

si la carne se nos anochece

entre las manos

como se posa una mariposa en la caricia

separando uno a uno los rostros capicúas

del agua

por eso mismo no temas 

a la encrucijada de lo invisible

y apura su mirada sinfín