A. Martinez

Costas...

Desde costas remotas,
veremos la virtud
subir por nuestros nombres,
como el verano,
catador de nuestros sueños,
que trepa por las paredes
hasta llegar al techo;
se ahondará el color
en nuestros ojos,
llenándolos de brillos
y contrastantes sombras;
una nostalgia vieja
se agrisará en las sienes,
agriamente felices,
observando el transitar
de aquella presencia,
con su fértil agilidad,
desmenuzado los minutos
del callado y largo amor,
ante el que sucumbimos
tantísimas veces.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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