Gine

Oda a la Luna

Solamente un brillo en la pupila del eterno universo,

Una luz que no me deja de decir \"aquí estoy\".

El más grande recuerdo en el mar del olvido, 

y una señal de amor en los ojos de la disuelta eternidad. 

El rozar de palmas de una semilla de amor floreciendo. 

Tú, brigada de blancos corceles que galopan en la espera del alba;

faro de mi ruta, Sol de mis noches. 

Paloma blanca entre parvada de cuervos negros. 

Abrazo inmortal del destino. 

Ceno de belleza, y plenitud.