Alejandra Diaz

Un mundo injusto (COVID 19)


¿Quién diría que el mundo se vendría abajo?
Que la humanidad se escondería tras ventanas y cortinas,
y que el abrazo se volvería en un segundo,
la mas peligrosa arma por estos días.
En casa los ancianos preguntan el porque de su cautiverio,
y los niños reclaman por el parque de la esquina,
mientras titubeantes algunos,salen en batas blancas a la calle.
De repente el mundo se detuvo, no gira mas.
Las lágrimas se vuelven cristales pesados que fragmentan la ilusión.
Cuanto miedo da el decir adiós en el pasillo sombrío de un hospital.
Los gritos retumban en sus paredes y regresan vacíos de nuevo al alma.
Las caras se han tapado y el hombre se ha vuelto un simple títere.
En jaulas de cristal y cemento, 
descubrió que no era mas que una pieza de ajedrez,
en un mundo de idiotas ególatras insaciables.
No hay polución en las calles, el aire se siente limpio,
pero en grandes fosas en la tierra, yacen en cenizas
todos eso seres,que un día dijimos que amábamos.
Despierto todas las mañanas con la incertidumbre, que al fin del día, 
se vuelve terror, y me pregunto yo esto,
es esto una pesadilla o una macabra obra de Dios.
Y pienso luego, que esta bien,
que el ocaso de nuestro mundo injusto,
es un bien común.