Hugo Emilio Ocanto

*** Anoche, un beso y después... *** - Poema - Autor: Lualpri - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

ANOCHE, UN BESO Y DESPUÉS...

 

Anoche soñé contigo,

todo no puedo contar,

porque fue un sueño atrevido

que me hace sonrojar !

 

Pero llegabas de lejos

y yo te iba a buscar,

por la tarde, al aeropuerto,

ansioso de tu arribar.

 

El mate me acompañaba

y tú venías por él,

como dijiste en la charla

que mantuvimos ayer.

 

Al no saber de tus gustos

para endulzar llevé tres,

muy conocidos productos...

Edulcor, azúcar, miel.

 

Si lo quisieras amargo,

amargo te lo daría,

pero es difícil, pensando...

Lo dulce que eres, mi niña !

 

Retirado el equipaje

y ya listo emigraciones,

entre risas, charla y mates,

escuchando unas canciones...

 

Nos subimos a mi carro

y comenzamos a andar...

Verte a ti era como un cuadro,

hermoso para observar !

 

Y así pasé a ser tu guía.

Mil preguntas al azar.

Yo contestaba; tú hacías,

de tal o cualquier lugar.

 

Te alojaste en un hotel,

nos fuimos a caminar,

muchos sitios te mostré,

después te invité a cenar.

 

Era cual sueño en mi sueño.

No lo podía creer.

Frente a mi, tus ojos bellos

y tu estampa de mujer !

 

Nuestras miradas se hablaban.

Hubo un brindis especial.

Mientras las copas chocaban,

el deseo era total.

 

Tú sabías... yo sabía.

Tú querías... yo también.

El fuego nos consumía

pero sin dejarlo ver.

 

Tu sonrisa picarona

puso fin a mi silencio,

tomé tu mano sin broma,

me acerqué y le di un beso.

 

Muy sutil, muy despacito,

una delicada acción,

cual un saludo cortito

en tal preciada ocasión.

 

Luego de un postre exquisito

nos tomamos un café

y de allí fuimos al río

sin saber mucho que hacer.

 

La costanera se hallaba

toda adornada con flores,

para darte a tu llegada

sus aromas y colores.

 

Y la luna grande y bella

allí estaba en el lugar

acompañada de estrellas

que deseaban comprobar...

 

Si lo que yo les contaba

era la pura verdad,

de la belleza en tu cara

y tu cuerpo en general.

 

Justo debajo de ellas,

allí te supe besar

y tú a mi, por vez primera,

porque hubieron muchos más...

 

De la cintura a los pies.

De los pies a la cabeza.

Al derecho, al revés

y en posiciones diversas.

 

Nuestras manos recorrían

con un intenso placer,

cada rincón, cada vía,

que era formada en la piel.

 

Miradas...Dios, que miradas

expresivas por demás.

No faltaba decir nada,

todo era musa al compás !

 

Un lecho desordenado,

revuelto de aquí y de allá,

las cosas por cualquier lado

y entre medio, todo y más !

 

Pasión, lujuria, deseo.

Placer colmado de amar.

La intensidad ? La del fuego...

Que nos quema sin piedad !

 

Mas... como todo en la vida

tiene principio y final,

te fuiste sin despedida

ni bien supe despertar.

 

Pues había sido un sueño.

Sólo un sueño y nada más.

Que pena me dio al saberlo

ni bien logré despertar !

 

Luis A. Prieto

7/05/2019