Lucía Díaz

ÉPOCA ADORADA

ÉPOCA ADORADA

Se escapó mi niñez sin previo aviso,

mis juegos ya no eran tan divertidos,

y aunque pensaba que para ellos había nacido,

en un retiro sin vuelta,

se los llevó el tren de la inocencia;

en el viaje pasé una línea tan delgada.

Época adorada.

Al terminar cada año,

anhelaba la llegada del año nuevo,

la navidad esperaba,

con la ilusión de los obsequios,

pero cada día me parecía eterno,

ahora siento que corren como el viento,

y quisiera detenerlos;

me llevaron a pasar una línea tan delgada.

Época adorada.

En la tele mis programas favoritos,

ya no tenián el mismo horario,

y cuando logro de nuevo sintonizarlos,

siento cuánto los extreños;

mis vivencias más ingenuas,

en el cofre de los recuerdos han quedado;

la añoranza es una línea tan delgada.

Época adorada.

Mi vida se llenó de otros momentos,

mayores son las responsabilidades,

entre metas y retos,

los días de juego se han marchado,

el tren del tiempo han tomado,

y en mí, sus huellas han dejado;

la nostalgía es un línea tan delgada.

Época adorada.

Atrás quedan amigos y compañeros,

que compartieron mi tiempo y espacio,

y entre risas, travesuras y buenos ratos,

a mi vida le dieron sus encantos;

traspasé una línea tan delgada.

Época adorada.

Lo vivido no lo cambio,

porque mi carácter han formado,

pero la ingenuidad de la niñez,

las risas más expontáneas me han regalado,

¡Cuánto las he extrañado!;

la niñez está sobre una línea tan delgada.

Época adorada.