Sebafel

Arrepentimiento

Oh Dios mío fui necio largos años

viviendo de espaldas a tu gracia,

dilapidando el gran tesoro de tu amor.

En verdad has salvado mi camino

 

haciendo de mí una luz en medio

de la noche de un mundo extraviado.

Y aunque indigno yo soy de tu grandeza

quiere mi carne darte el culto de alabanza:

 

ensalzaré la copa de la salvación

y entonaré los cantos de la gloria,

me saciaré del pan que tú me ofreces

 

y seremos así tú en mí y yo en tí,

yo perdido cuan grano de trigo y tu candente

como la zarza ardiente que no se extingue.