Leviatán

Su sonrisa en eterno

Ella, tan sutil como la brisa halagando a las débiles hojas de este verano.

Tan majestuosa como la Luna llena en una noche estrellada.

Ella, que su voz es tan satisfactoria como escuchar a los pajaritos cantando...

¿Por que ella, sufre tanto?

La oscuridad de la noche o hasta la maravillosa luz del día la ocultan entre masivos pensamientos.

No se con exactitud que siente pero se que siente algo que le rasga, todo el pecho.

Aunque para ella sea difícil verlo, para mi su sonrisa va mas allá que mover treinta y seis músculos,

para mi su sonrisa es mover toda una vida llena de dolor...

 Y admiro como aun subsisten esos gestos que le dan color a su rostro,

que me hacen observar lo bonito, quizás, de vivir.

 

En sus ojos habita algo mas que una simple galaxia o un mundo nuevo,

ahí se resguardan diversos momentos e intentos de amar con toda el alma,

sin ser lastimada.

Esta cansada de la vida, de la monotonía, de sentir los mismos objetos en sus manos.

Esta cansada de observar lo mismo, de sentir lo mismo.

Por eso estoy aquí, o trato de estarlo y no me canso...

Cada día, platicó con ella, le doy una inmensidad de razones para seguir adelante,

le recuerdo que la amo y que estaré ahí como las sesenta y un lunas que tiene Júpiter.

Pueden existir siete u ocho maravillas en todo el mundo pero si ella no esta en esa lista,

ninguna tiene sentido.

Si ella no es la causante, la culpable de tantos versos, entonces no tendría sentido seguir escribiendo.

Si ella no es la que me hace volar por todo el inmenso cielo, entonces no tendría sentido volar tan lejos.

Si ella no es la que escuchara mis escritos, entonces no tendría sentido seguir hablando.

 

Ella, yo, espero con ansias de que su sonrisa y su vida tomen vuelo.

De que sus problemas y pensamientos mas desgarradores sean enterrados en la eternidad del olvido.

Así pasen mil años y ya seamos esqueletos, solo quiero que su sonrisa brille en eterno...

Tan descabellado como suena, pero pasaran mil años y aun seguiré a su lado,

en la otra vida, en el cielo, en el infierno y si nada de eso realmente existe, entonces estaré a su lado en la oscuridad del limbo.

O, si por alguna razón vivimos de reencarnación, cuando muera y regrese, 

la buscaré debajo de las piedras mas grandes que habiten en la tierra, en las produndidades del oscuro mar...

Solo para observar su sonrisa en eterno.