Eduh Siqueiros

Gustosamente me voy & Tan apto para merecerte

La sensación cuando el sol se asoma
por mi ventana y percibo el olor del alba,
tomándome el primer sorbito de café,
¡ay, vida mía!, -eso es lindo y me estremece-,
que beldad al escuchar por el amanecer
la paz que misteriosamente vive en las montañas
y los colores del crepúsculo que rescata
a mi alma que díscolamente intenta no perder la razón,
amo la belleza de la vida, lo sé muy bien;
y en los pampas donde tengo mi cabaña
es el escenario del espectáculo de hermosura
que me sacia en lo paradisíaco del azúcar,
ese sabor que emana de los labios de mujer;
el ‘tiempo’ contemplándome se disgusta,
y pasa más de prisa, para evitarme esta delicia;
¡El cielo sea bendito, esta vida es tan bonita!,
a pesar de los tragos de hiel que ella tiene,
siempre hay alguien que en verdad nos ama,
alguien que nos cuida y que nuestra paz conserva
y aunque sea cierto que esta vida no es eterna,
compartirla con la gente la hace más exquisita,
dando y recibiendo una caricia comprensivamente,
teniendo siempre a quien amar y quien nos ame,
es tan lindo y mi corazón lo profiere,
lo anuncia con emoción, lo canta y lo vocifera,
que por vivir así no importa que hoy mismo muera.

Nada pasaría, si ahora mismo Dios me llama,
que en paz me voy, con tranquilidad lo confieso,
porque no dejo deudas, ni enemigos que conozca
y en mi alma seguirá encendida mi llamarada,
y en el más allá llegaré con renuevo, y quedaré intacto
ante los embates que me fueron otorgados
en esta vida, y en lo novedoso de ese paraje,
hallaré a los amigos que ya hicieron el éxodo
antes que yo y será nuestro reencuentro;
cantaremos sin cesar la belleza de la creación,
compartiendo el gozo que llevamos,
repletos seremos del amor que nos conmocionará,
correremos sin cesar atrapando mariposas,
beberemos de los néctares del orbe
y degustaremos el aroma de los capullos,
sin preocupaciones colmándonos de riquezas;
es por eso que gustosamente me voy si me llama Dios,
sin olvidar a aquellos con los que he compartido
mis momentos, que cada alegría y gozo que he degustado
justifican hoy, por si acaso tengo que decir el «adiós».

Esta invitación que hago es: ‘para brindar’,
tanto amigos como enemigos -si los tengo-,
por la tristeza y alegría que propicie el día
de mi funeral -cuando tenga que partir-;
pero todos juntos al unísono han de brindar,
cuando yerto me halle, entonando canciones,
aquellas de mi tierra que en vida interpreté,
con música ranchera me irán inhumando,
quiero despedirme recordando los embelesos
que tuve por la mujer hermosa que más amé;
antes que la vida se me consuma los invito,
porque no quiero que nadie llegara a faltar,
los que fruición me entregaron y así mismo
los que me otorgaron, sin saber, dolencias,
quiero que todos me acompañen hasta el final,
y que en ese día no haya vestigios de egoísmo,
porque ya en el camino me voy a adelantar.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Desde el primer instante
que mis sentidos te captaron,
supe que era el amor el motivo,
que el amor me buscaba
con denuedo en verdad
y me dirigí a la ventana
de tu corazón, ¡qué bendición!;
mis brazos te invitaron
a sentir el calor que emanaba
en ellos, este que engalana
a mi entusiasmo por el proyectil
que desde tus ojos salieron,
toqué la puerta de tu alma
y le diste paso al sentimiento,
pronto te amé -pero en calma-
y ahora te amo mucho más,
-tal como sabe amar un temerario-,
créeme que no te engaño,
te busco más que a mis ojos,
los que te admiran tanto
y que no te olvidan nunca;
cada día te amo otro poco,
y tus labios son mis impulsos,
por eso siento que no me contengo,
porque te amo tanto.

En mis sueños vienes,
y duermes entre mis brazos,
en mi amparo te resguardas
y quedamos como dos tortolitos,
en enamoramiento, acurrucándonos...
y al despertar me quedo abrazando
el recuerdo de tu ser, ¡qué agradable!,
-amo tu presencia en esta noche-,
en ti me quedo embelesándome
hasta el arribo del crepúsculo
sin que me asuste el ocaso,
y tenerte así por merecimiento
es para que ya no muera
y no se apague mi luz,
para que te siga buscando tanto,
más que a mi propia existencia,
porque tú eres mi vida,
¡ay! siento que ya no resisto,
pero vivo mientras más te amo.

No sé lo que voy a hacer
para lograr que tú me creas,
no sé cómo debo actuar
con todo lo que llevo dentro,
se nubla mi razón con olas
que inundan mi entendimiento;
comienzo a inquietarme,
a vivir atolondradamente
al no saber si vas a concederme
lo que me tienes en retención;
ya no sé cómo persuadirte,
porque sé que Dios me hizo
tan apto para merecerte,
para entregarte mi calor,
mas no sé si ya me deslizo
lentamente en tu corazón.

Cómo quisiera que me busques
y con mis cánticos llegar a ser
como un barquito que diminuto
se desliza lentamente, mujer,
en lo sutil de tu pensamiento,
para lograr que por mí mueras…
cómo quisiera poder navegar
en tu cuerpo de sirena, mi linda,
cómo quisiera poder anclar
mi áncora en tu corazón con ternura
y acabar de una vez con tu angustia;
cómo quisiera ser parte del sol
y como un rayo impactarme
sobre tus dos ojitos y con hermosura
besar la pulcritud de tus párpados
muchas veces sin cansancio;
como quisiera tener la potestad
para lograr que tú me ames
y que sólo por mí mueras.

¿Recuerdas que te prometí
a cambio de un beso una estrella?
debes saber que tal astro no conseguí,
hoy no me reveles tu inconformidad,
verás que algo más puedo hacer por ti,
que con todo lo que te amo
con este corazón que lisonjero te llama,
seguro estoy que puedo en un tris
hacerte gratamente la más dichosa.