No quiero otra inspiración, la necedad no me obligará a ceder. Por favor calla, es inútil contenerme, pienso en ti, desde la mañana hasta el anocher. Es mi problema, pues no me atrevería a comprometer tu voluntad para amar, pero por favor, no puedes limitarme a soñar.
Si me impides imaginar, no sería justo. Tenerlo todo no serviría, poseo la nada cuando tu ausencia viene asfixiante a llevarse cada momento de felicidad. Soy vulnerable a la frialdad, pues conoces cada una de mis debilidades, si conmigo no estás.
Cuando me faltas, el viento viene y va, intentando acariciar mi rostro, queriendo imitar tu tacto y esperando la respuesta que ocasiona el contacto entre tú y yo. Incomparable, la naturaleza y su poder, jamás sustituirían esta sensibilidad, es un talento que posees, con el que experimento el éxtasis.
Extraño mi antigua virtud, con la que ambos nos arrojabamos a la fantasía, sin vacilar. Sé que lo recuerdas, creo sentir la necesidad que llevas dentro, al buscarme en tu memoria. En ese lugar no me encontrarás, siempre estuve al lado tuyo, cuidando de ti.
Aunque me extrañes, sé que no me ves, a pesar de escuchar sólo un crujido provocado por el viento, yo soy el viento abrázame, porque anhelo no verte llorar. Da un beso al viento para decirme adiós