Juan González Aguado

Anoche paso algo

Abril

Es domingo.

 

Anoche pasó algo

que puede cambiar muchas cosas:

Resucitó.

Ha Resucitado.

 

Quizás muchos colegas,

que, como yo,

arrastran sus vidas

como un pesado lastre sin sentido,

quizás no se han enterado.

Ha resucitado.

     Hay que decírselo.

 

Sus vidas pueden ser VIDA.

Mi vida puede ser VIDA.

     Hubo quien les quiso.

     Hay quien les quiere.

     Hay quien me quiere.

 

Con el semáforo en rojo

esperando que cambie a verde

me acerco a ellos.

Antes de llegar me hacen un gesto

diciendo que no.

 

Les digo que es para un bocata.

     No me creen.

     No me escuchan.

Les digo que estoy en paro,

que tengo 2 hijos

     No me creen.

     No me escuchan.

 

Alguno me da unas monedas

     pero tampoco me escucha

     y pienso que tampoco me cree.

 

Con El

no tenía que inventarme

cosas raras para convencerle,

     porque me escuchaba,

     y me creía.

 

Con El se podía hablar.

No estaba todo el día regañando.

     Era otra cosa.

     Te sentías bien con Él.

     Era un tío legal.

 

 

 

Cuando me dijeron

que le habían cogido

iba por mierda a La Rosilla.

Me cayó como un mazazo.

 

Siempre te cae mal

cuando cogen a un colega.

Pero a Él...

     a Él

     ¿ Por qué a Él?

 

Nos ponemos mierda

y todos se apartan.

     Nos tienen miedo.

     Nos tienen asco.

     Algunos dicen

     que nos tienen lástima...

                No sé qué es peor...

 

El no.

     Estaba con nosotros,

     y hablábamos,

     y hablábamos...

Le decíamos de dejarlo

y con Él casi lo conseguimos,

     tanto así faltó...

 

Pero aquel Viernes

¡Estaba todo tan mal!

Si te acercabas,

te pedían el carné.

A muchos se los llevaron...

 

Cuando quitaron la ropa de la cuerda

me acerqué con cuidado

y va la tía esa y me dice

que no llevo bastante.

Pero si esto es

lo mismo que traía ayer...

Si, pero hoy es más

 

Tuve que coger un bolso.

No se dio mal.

La vieja no había llegado al súper,

lo llevaba todo,

todito lo llevaba.

 

Me chuté más que nunca.

Caí mal.

Como flotando pensaba:

     ¿Por qué a El?

¿Por qué a El?

     Ya no recuerdo más...

Cuando me espabilé,

     era de noche,

     no me podía levantar,

     me dolía todo.

     Era de noche,

     vi una hoguera,

     una hoguera grande.

     Era de noche,

     el fuego daba mucha luz.

     Era de noche,

                y se veía.

     La luz era grande.

                La noche,

                la noche ya no era

 

¿Me vas a escuchar?

     como antes

y hablar,

     ¿vamos a hablar?

¿y lo del Viernes?

Lo del Viernes pasó, ¿verdad?

 

Ahora...

     Ya ahora es otra cosa.

Oye, pero tenemos que

decírselo a todos.