Liberarce

Confesiones de invierno...

Las musas más insolentes,

quizás las más influyentes…

“deidades del Helicón “,

buscan ser inspiradoras,

en mis espacios vacíos,

los abismos de mi mente…

Cuando me suelo enredar,

en escenarios ardientes…

baten palmas y sonríen,

a veces lloran,

o aprietan dientes…

 

Y de mi corazón…

que a veces con necedad, niega a la misma razón…

que viaja solo entre los restos del vagón…

que te puedo contar,

que ya no sepas ?

que puedo confesar,

que te sorprenda ?

el no entiende de arte…ni poetas…

el no sabe de circos, ni piruetas…

simplemente navega…

sobre estrellas fugaces de algún cielo,

sobre lluvia de luz de alguna aurora,

sobre el lento volar de mariposas,

o en las migas de pan…

el manjar de los parques,

de una simple paloma…

 

Te podría contar…

que está quemándose

mi último leño en el hogar…

y que entre mi silencio y mi pesar,

en estas tardes de invierno,

a veces, creo estar solo…

a veces me siento triste…

y por una sonrisa doy

todo lo que soy…

quizás lo que hecho de menos,

es tu abrazo compañero…

 

Te podría contar…

que he aprendido a volar,

como perdiendo mi norte,

más allá del horizonte…

mirando hacia la mar…

Y de mi alma…

no quiero hablarte,

porque hay peligro,

de contagiarte…

 

Te podría contar…

que a veces me siento fuerte

y a veces débil de muerte…

que el asfalto de las calles

me golpean en la frente…

cuando pienso en los cartones…

manta usual…

de mucha gente…

 

Y que decirte,

de mis torpezas…

de mis constantes errores,

de la lucha enfurecida

con las pieles de mi ser…

de mi almacén de preguntas…

de mis sueños,

de mi angustia…

de todo aquello…que pudo ser

y por alguna razón

se ha perdido en el olvido,

o tal vez… nunca ha existido…

 

Son tantas las madrugadas

de las que podría hablarte…

pero es mejor que te acerques,

y tomemos un café,

que me cuentes de tu vida…

porque la mía… ya fue…

 

Liberarce

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