No sabía lo que era tener sed hasta que te conocí.
Hoy
Mis ojos tienen sed de tus formas,
tu figura, tus luces, tus sombras.
Mis oídos tienen sed de tu melodía,
tu música, tu ritmo, tu sintonía.
Mi piel tiene sed de la tuya
suave, dulce, tierna, pura.
Deslizarse en cada poro,
en cada espacio, quiere.
Mis brazos tienen sed de tu espalda,
tus caderas, tus brazos, tus piernas, tu pelo, tu cintura.
Mis labios secos están,
porque, hasta hoy, no han probado la caña de tu azúcar.
Estoy seco, desesperado, sediento.
Mi alma endurece por tu ausencia.
Mi alegría está seca,
clama por esas gotas, que solo tú sonrisa cura.
Mi piel, mis brazos, mis ojos, mis oidos
se agrietan a cada segundo.
Deshidratados están por tu falta,
por tu ausencia.
¡Apura, mujer, apura!
Refresca mi ser con tu hermosura
Hidrata mi vida, calma mi sed
Ruego por tu ayuda.