Patricia A. L.

Otoño y Muerte...

Hondos prismas

enclavados en la Noche,

que entre las añoradas estrellas,

mi sangre brilla...

 

Inquietudes abismales

ante los ruidos extremos de Catástrofes

que se arraigan en la Tierra...

 

Inquietudes troqueladas

de humedad mohosa y sin simiente,

que llegan desmayadas

en este verano que muere...

 

Otoño dorado:

ya has llegado a mi puerta,

tras meses de esperarte...

 

Aquel borde de la Vieja Nostalgia

No ha muerto...

 

Mientras, las falaces y ríspidas 

notas musicales

de esta última lluvia de verano

amansa una sonrisa....

 

Otoño, serás amigo incondicional

de las mareas,

de los pimpollos perdidos...

y del verde que el Tiempo aguarda...

 

Amigo de esta recóndita tormenta,

que no amaina,

y que purifica las almas desteñidas...

 

(Y te honro en ser amigo de mi mismísima

Muerte)...

 

(Patricia)