Eduh Siqueiros

Sembrando alegría

Fantástico y apasionante
me resulta que seas tú
quien abra los surcos
en lo yermo de mi territorio,
sembrando alegría sin igual,
llenándome de plenitud
y completando mi complacencia
por tu arribo en la infertilidad de mis tierras,
así apaciguas las lides
que imbatiblemente en mi alma se gestaron
y que ahora por tu resplandor
con rapidez se esfumaron.

Qué honor el que me haces,
de arribar a mi jardín,
donde han echado raíces
algunas aspiraciones
las que renegadas se resisten a morir
y has venido a regarlas,
con los matices
que emanan de tu alma.