gaston campano

/// RINCÓN SENIL /// PEQUEÑAS DIFERENCIAS ///

En una fuente de greda

de la casa en la mesa

una ciruela vieja

con arrugas en la piel

era un hecho cruel

que la vida le depara.

Y dentro de una jarra

de uva un racimo

exprimido y convertido

en jugo vinoso agrio.

Miraba un tierno durazno

que sonreía halagado

de compararse de lado

con tan viejos exponentes.

Pronto de un momento

a otro asomóse un gusanito

con una gran sonrisa.

Pobre durazno, no cabía

en su piel doradita

le cantaba, jovencito

solo te queda el cuesco

y mucho ya comidito.