Ben-.

En silencio-.

A veces enmudecen,

y son como rocas aplastadas

en silencio. Y son como cielos

sin resplandores decisivos.

Una respiración exige la viveza

de un lienzo, la expresión ardorosa

de un vientre hecho tela maciza.

A veces, y rápidamente, todo

el cielo se nubla. Y se contraen

las casas, y llueve en demasía

sobre sus techos. El pecho entonces,

auxilia la nomenclatura y busca

definir los astros, moldear a su antojo,

peces y edificios austeros. A veces,

cuando la maestra ha terminado de

leer sus poemas, mientras la ciudad

vive entre metales inactivos, surge,

como en una epopeya, el agua azul

y clamorosa del día.

Y es eterna, y es maliciosa su carne.

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