Michurin Vélez

SENSACIONES

Mi abuela me decía

siempre tienes que obrar con los cinco sentidos

 

todas las mañanas

tras los cristales cruzaban lenes hebras de luz

y risas peregrinas invitando a la provocación

 

¿qué fue aquello?

es que aún evoco el delirio

que me provocaba aquella incitación

como una efusión de agua brotando de un manantial

para saciar la sed de mis fantasías llameantes

 

también recuerdo una sombra de nostalgia

que recién puedo nombrarla

nostalgia de gaviotas fundiéndose en el paisaje

y sobre la playa mi nombre

multiplicándose en muchos nombres

 

ahora también entiendo

que todos los días los sueños cambian

desde acuarelas tan sublimes como un prisma relumbrante

hasta el oscuro ornamento de un siniestro garabato

 

todo pasa mientras la brisa abanica los bosques

y el tiempo transita mansamente entre los soles

 

en el huerto de la tarde

la memoria está casi vacía

dos o tres rostros, alguna lejana caricia

un oblicuo rayo de sol bañándose en el río

el rumor de las abejas en sus barrocos panales

los astros tiritando en las noches de verano

y los perros zanganeando los domingos en el parque

 

el fulgor se desvanece

como el hálito de los anhelos,

nunca más aquellas ciruelas ardientes

aferradas al ramaje

nunca más aquellas huellas

acompañándome en la travesía

nunca más aquellos pájaros azul añil

dándole cuerda al mundo con la más radiante insolencia

 

los años nos hacen más sesudos

          / el costo de la aproximación a la muerte /

caminamos mirando cada vez más a la tierra

preguntándonos si bajo las huellas está el destino

 

muchas veces me pregunto

¿por qué esa necesidad de rememorar historias

como si volviera desde el pretérito?

          un aroma irrenunciable

          un paisaje imborrable

          un sabor inmemorial

          un abrazo irrevocable      

                   

ahora lo entiendo

recién puedo comprender los sentidos por su nombre