Francisco Barreto

A MI PADRE EL MUSICO EN ALGUN LUGAR DEL CIELO

 

Quién ha visto a mi padre?

 _Quién sabe por cual galaxia andará_

Si estará más viejo o más calvo,

 Si de aquí se acordará?

Sí aún le acompañan sus virtudes,

O si su cara refleja la alegría

De caminar entre querubes, o si madruga todavía?

Quién me cuenta de mi padre, y de la bondad que poseía?

de su buen humor y su buen gusto

de querer vivir la vida cual si fuera poesía?

Que estará pensando? Que estará diciendo?

Cuánto diera por mirarle el rostro y

ver en sus ojos el reflejo de la gloria,

 verlo esforzando la memoria cuando hable cara a cara con su Dios.

Hoy he visto a un ángel

que atravesando el universo vino a cumplir una misión,

y aprovechando la ocasión le he preguntado al fin por él

Le pregunté por un señor de anteojos blancos y de frente alada,

de pródigas canas y de piel arrugada

 que siempre llevaba en su cara

“la paciente mirada que acompaña al camarada

” El ángel sonreído me ha dicho con aplomo que

lo han visto madrugando, cabizbajo y taciturno

 recorriendo el universo, caminando por el cosmos,

medio silbando una canción y otras veces por Saturno.

Me dijo que lo han visto contemplando los luceros

 al igual que las estrellas,

conversando con los santos sobre tantas cosas bellas.

 Y preguntando e indagando a cada momento y cada instante

por aquellos que vinieron unos años ya adelante,

Por sus padres y los hermanos quién lo viera haciendo señas con sus manos.

Así se le ve_ Me dice el ángel_

abismado por la armonía celestial,

abstraído por el perfecto acorde universal,

 donde no hay disonancias ni medias notas,

y no hay dolores ni derrotas;

donde las escalas son menores y los tonos son perfectos

seguro que para hacer mas dulce la morada de los “muertos

”. Sabe que llegó un día y no recuerda cual,

 además no quiere hacer otra cosa que no sea caminar con Dios

y hablarle cara a cara,

y así poderle preguntar por muchas tantas cosas

como descubrir secretos y recibir los galardones

 que en la tierra se le prometieron a lo largo de su vida por montones.

 Si pudiera verlo una vez más… tan solo una vez más.

Que de cosas le diría,

de lo que dejó atrás, de cuantas cosas se enteraría,

de lo que me preguntó un día decirle que ya tengo la respuesta que pedía.

 Lo que se enteraría de su pueblo y su terruño,

de la escuela de música que se quedó tan vacía.

de los hijos y los nietos lo que me preguntaría,

 de su casa, su patio y sus objetos cuanto le diría.

Si  pudiera hablarle una vez más.

tan solo una vez más, cuantas cosas indagaría,

de los amigos que le recuerdan

 que añoran su carácter, su paciencia y su alegría.

 

Como me gustaría, de veras verte conversando con Beethoven y Franz Lizt

Preguntar por Richard Wagner; por Tchaikovsky y por Berlioz

Por Giussepe Verdi; por Bellini y Massenet.

Por Debussy; por Bach y por Mozárt.

Por Stravinsky y Korsakov por Albeniz y De Falla

Y hacerles recordar la PASTORAL y el EL EMPERADOR

LAS CONSOLACIONES y NOCTURNOS

y el sublime canto De Micaela a Don José de la gran CARMEN de Bizét

 Preguntar por el TANHAUSSER al igual que LAS WALKIRIAS

Por la PATÉTICA inmortal; el LAGO DE LOS CISNES

y evocar de LAS FLORES su precioso vals.

Comentar sobre la AIDA; LA TRAVIATA y El TROVADOR.

La portentosa FORZA DEL DESTINO

y la CASTA DIVA de la excelsa NORMA

 y recordar la poesía sinfónica de LA MEDITACION DE THAIS,

o lamentar con RIGOLETTO ante su Gilda herida,

ajusticiada por él, su mismo padre.

Ahondar por EL CLARO DE LUNA y El REVERIE

 Y la tradicional FUGA EN RE; por LAS POLONESAS de Chopin

Y LA TIERRA DE LAS SONRISAS de Lehár.

 Por la CONSAGRACION DE LA PRIMAVERA y SCHEREZADE

y conocer el trasfondo de la SUITE IBERIA con el adiós morisco de De Falla

 en su gran NOCHE EN LOS JARDINES DE ESPAÑA

y de TRISTAN e ISOLDA elogiar su triste final

 cuando pensaron con la muerte la felicidad eterna alcanzar

Padre querido…

 cómo quisiera compartirte las cosas que contigo no he compartido.

 Cuantas preguntas sin respuestas me han quedado por hacerte,

como el que te hayas ido sin enseñarnos más sobre la muerte.

 

Y quiero que sepas Viejo, que estoy contigo

cuando añores las madrugadas Decembrinas

y tus visitas furtivas a los mercados domingueros,

como si te hubieras propuesto ser el primero

en probar el humeante café tempranero.

Tal vez allá no haya golosinas ni tenderos ni baratijas

pero alégrate Padre querido que para tus hijos

las más finas sortijas son las que se extraen de las espinas.

Y tal vez también añores Papá

 los Crepúsculos de tus noches Barquisimetanas

 cuando muchas veces antes de parir la mañana

 con tus serenatas mudas alegrabas la ciudad de madrugada.

¡Ah! y tu querido San Carlos

con su calle Alegría, la Cruz Verde y el Cerro San Juan,

 el bucólico Pozuelo y los remansos del Mapuey,

te diré que siguen adelante “como los viejos recuerdos”

 no resistirías si te dijera que también con ellos

 la desidia, la inclemencia y el desdén

han hecho como quien quiebra un límpido espejo.

 Que dolor tan grande da aceptar la triste realidad

que las cosas que contaste y las lecciones que impartiste

con triste resignación al olvido pasarán,

porque no estarás para hacerlas recordar

para insistir en los nobles ideales

 y dar siempre el mejor ejemplo de enseñar más sobre el perdón,

 combatir a cada instante cualquier seña de rencor,

y sobre todo lo que fue siempre norma de tu vida:

la educación sin dolor, la crianza sin violencia,

y ante la búsqueda ciega del buen árbol del honor:

la amistad con renunciación.

 

Y te prometo camarada:

que si algún día voy al Viejo París,

Como tu me pararé en las Riberas del Sena y en medio de Las Tullerías

sentiré la admiración que te invadía,

que de no poder lograrlo me daría inmensa pena.

Trataría de afinar mi oido Para ver si como a tí

de algún vodevil cercano me llegan los acordes lejanos

de la inolvidable VIE EN ROSE y el no menos galo CŽ EST SI BON.

 O tal vez llegue a estar algún día frente al Danubio Azul en Viena,

para vivir contigo la misma decepción que sufriste un día

que en vez de Danubio Azul, la pena de encontrar un río negro

que no inspira sino desilusión.

O quizás un día vaya como tu a la Germania

 con su Selva Negra y sus valles del Rhin.

trataría de emular tu vista por encima de las cumbres,

 en el horizonte Teutón para captar la inspiración

que a todas luces engendró a los ANILLOS NIBELUNGOS

 y EL LOHENGRIN con su FUNERAL DE SIGFRIDO

 y el lirismo de PARSIFAL en la mente del compositor inmortal.

Y si me alcanza corazón podría revivir contigo la impresión

 de sucumbir ante el influjo sobreagudo de una Tiple,

 Prima Donna de función en la vetusta Scala de Milan,

albacea de prestigio de Rossini, Mascagnni, Puccini y Mayerbeer

 para los aplausos y vítores rancios de su TOSCA, IL SUOGNO y SOR

ANGELICA TURANDOT, LA BOHEMIA y la “giapponessa” MADAMA BUTERFLY.

 O tal vez mejor, por informal

celebrar igual que tu en alguna plaza de Sevilla

 los redobles del GALLITO y el gitano GATO MONTEZ

 frente a un autentico clarete manzanilla.

Máxima expresión del buen gusto en Aranjuéz.

Y en La Puerta del Sol, o en la Calle de Alcalá

requerir de una oferente violetera su milagroso RELICARIO

y porqué no también sus mejores CLAVELES DE ESPAÑA tan regios

Como los de acá y tan majos para llevar a tierra extraña.

O en Granada con su Alambra, ante la solana Sierra Nevada

 bajo el verdor de los encinos  en la dehesa de los pastizales

recrear al calor de una autentica y bullanguera Zambra

Cada línea y cada verso de mis VIOLETAS IMPERIALES.

 O sufrir a dúo contigo entre los requiebros resentidos de DOÑA FRANCISQUITA

 y el giro oscuro que ofrece el TRUST DE LOS TENORIOS

 en afinada comparsita.

Entre la dulce y gangosa melodía de zarzuela

de la gran LUISA FERNANDA y el verso arrepentido

del NO PUEDE SER de aquella TABERNERA DEL PUERTO,

viva representación de los ayes que deja el buen querer.

O tal vez los acordes imperiales de la LEYENDA DEL BESO

 hasta la ternura acompasada de la MADRE DEL CORDERO

terciando muy aragonés y animoso para eso en cualquier “tablao” de Madrid

 un jerez de los de allí, o un buen Valdepeñas de los del valle aquende el Duero.

 

¡!Padre Querido! ¡Mi entrañable Viejo!

Este próximo Diciembre me pondré tu gabán y tu sombrero

 desempolvaré tus humildes partituras

trataré de solfear algunas de tus canciones viejas

para ver si mitigo el dolor de la ruptura.

Y sería para mí, totalmente deslumbrante, copiar aquí,

al mago de la rima y los sonetos del Amor a Don Amado Nervo, para ti:

“ Sería para mí bastante si detrás de una estrella perdida puedes leer estos versos que te escribo distante y digas este este es mi “ hijo”  amante que nunca me olvida”

 Y bien "llegamos a la coda", como llegó tu vida un día,

cuando quedaban todavía, muchos más registros

que querían sonar para la perfomance toda,

pero en medio de una escala cromática de inmensa resolución

El Director Supremo hizo un levare manteniendo un calderón,

 cuando la melodía de tu vida iba rumbo a la repetición.

 Y en un pianíssimo adaggio una madrugada fría

lejos de tu casa cuando en otro lecho dormías

llegó el final de fiesta que ponía fin a la función...

 

Las luces se apagaron ya no hay más conciertos que ofrecer

los atriles se han cerrado y los instrumentos se han guardado la

sala ha quedado completamente sola y fría

"El músculo no duerme, ni la ambición descansa"

 se han retirado a su nostalgia y a su melancolía.

Y el tañír de las campanas de la iglesia

testigo fiel de tus retretas en eco mudo se ha quedado

 pero en lo profundo de mi corazón

 reverbera eternamente la onda de tu diapasón.

Hasta otro día querido viejo...

 

 F. Barreto Barquisimeto 07/04/2004