Notoriamente quiero matarte,
arrancar tu corazón para que sea mío
y arrancar mi corazón para que sea tuyo,
muramos juntos en este acto…
y junto a mí haré posible el subirte
hasta mi cielo. ¿Crees que desvarío?
Por supuesto que piensas que estoy demente,
y lo estoy porque arrullo tu alma
entre mis manos para después morderla,
por eso te propongo un acuerdo,
déjame matarte poco a poco
desgarrando tiernamente tu dermis,
a cambio de darte mi alma y mi quietud
para que en tu fuego puedas incinerarla
hasta que se consuma en su totalidad,
con la seguridad que resurgiremos
después de que nos extingamos…
mientras permitas que nos amemos,
cual fénix retornaremos
si juntos en la eternidad caminamos.
Quiero morir y que tú me mates,
que sea tu alcoba el lugar del delito;
que sea maquiavélica tu mente que me piensa,
planea el acto para que alcance perfección,
con tu cuerpo que por mí acelera tu pulso
y con tus manos que a mi piel afanan,
lleva a cabo lo que hoy te apruebo:
matarme con tu extravagancia que se desborda;
piensa, quizás, que vas a eliminar a un bicho…
¿Por qué te quedas sin decir nada?
mátame al fin, los accesos están concedidos.
Solamente así me alejarás de tu mente
y huirán los recelos que entre la gente te invaden.
Si ya lo maquinaste en tu lecho alguna vez,
lleva a cabo tu pretensión atolondradamente.
Mátame de amor, te lo suplico, siente…
que morirme ya y no en tus brazos es injusto,
deja ya de pensar que es una insensatez
y mátame pronto, es sólo cuestión de hacerlo…
Mujer, por favor otórgame esa complacencia,
y a cambio de ello, te convertirás en un ser de suma beldad.
¿Qué mas da?, ya estoy muerto,
de una u otra forma muerto soy,
de alguna u otra forma ya me han matado,
sabía que era un juego atrevido,
que no medí y te asusté...
esta bien, me voy, no insistiré más,
me queda solamente decir, hasta siempre,
quizás sea en la eternidad
cuando nuevamente te encuentre.