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Mi amor...

La lluvia cayo sobre mi cuerpo y se evaporó

la piel ardía como el infierno

y el fuego se apagó...

Y hubo calma, calma

en mi ser, que a duras penas

comprendía su función

 

La marea inundo mi celda

decidida a darle fin a mi pena.

 

Cuánta razón para levantarme cuando caí

incluso para quedarme otro rato más ahí

entre el suelo y el sol, ¡¡En la cima del mundo!!

Estuve lista para chocar contra el muro

estando entre la espada y mi amor.

 

Sin vacilar mi imaginación

fué el incierto que invadí

como un pájaro en la calle

la ternura pasó por ahí ...

 

Cuando la penumbra me invade

es tál que los miedos la evaden

                   [y se enardecen!!

reclamando el lugar

cambian de forma, es decir, ¡Mutan!

dejando su coartada disuelta.

Y como de mí solo queda penumbra, se van.

 

Es esa, la penumbra de la que estoy hecha

y aunque de ti no haya ni una chispa

sombra o espora

en esa penumbra de alguna forma

te encuentro.