Eugenio Sánchez

FIESTA DE LA PATRIA

 

 

Es veintiocho de julio, fiesta de la Patria;

que la blanquiroja se enseñoree en todos los pueblos;

que las montañas sacudan el polvo de sus cumbres;

que destelle el relámpago en las heladas punas;

que la aves trinen de júbilo excelso.

Y tú, campana, que en los entierros lloras;

alégrate, sonríe y despierta de tu sueño arcano,

que vibren  tus entrañas de bronce

y expulsa al infinito tu canto sonoro.

Río misterioso, que bailen  tus aguas al ritmo del viento,

que nuestros corazones exploten de gozo incontenible

porque es día de fiesta, fiesta de la Patria.

¡Oh vientos silvestres! rujan cual gigantes fieras,

cántenle a la patria sus loas de gloria.

Deténganse piaras, deténganse yuntas y peones;

¡Oscar! ¡Hijo mío! ¡Cuádrate como un soldado!,

Hincha las venas del gañote y con toda el alma

y todas tus fuerzas hecha a volar este  poema,

que llegue a la las nubes y que estalle en truenos retumbantes.

Una voz infante desbordante de optimismo,

con mirada altiva lanzaba su voz al infinito.

“¡Bravo, bravo! Muy bien el cholito”.

En el patio de la escuelita, un “batallón”

de veinticinco niños que aplaudían avivando al Perú,

Sus caritas partidas, rebosantes de candor y ensueño.

-“Que se tome la palabra el mestro de liscuela”

Él bien peinadito de chaleco y saco, de rostro sereno,

en sus gestos el  diente de oro relumbraba;

el pecho se le derretía de patriotismo

y sus labios desparramaban un verbo florido;

rezaba la historia, las gestas heroicas

de los que murieron pagando la deuda de la libertad;

un Túpac Amaru, un José Olaya, una Micaela,

un tal San Martín que vino del sur libertando pueblos.

-Que marchen los alumnos en la plaza, por el empedrao-.

Los cohetes estallaban enredándose en los sauces

y los peñascos repetía estruendos interminables.

Comulgábamos el pan de trigo con todos los niños,

untando con rocoto, buscándole pleito a la chicha;

la botija del espumante licor sacro, en un rincón

despidiendo un aroma a fiesta y borrachera,

y en el rescoldo de las ascuas humeantes,

el perol repleto de mote y de esperanzas.

-Tomen su chicha cholos, emborráchense de ilusión

cortejen a las chinas buenas mozas,

trompéense, revuélquense en la tierra, alegren la fiesta.

Redulfo Reyes, toca la flauta hermano pa’  bailar 

y con tu guaytana golpea a la burra,

a esa burra vieja, pellejo de zorro ganadero.

Bailemos el huaino que nació en los andes,

danza de pastores, peones y arrieros;

chanquemos las patas, rompámosla el alma a las piedras

hasta que los llanques se quiebren en trizas

porque es día de fiesta, fiesta de la Patria,

¡QUE VIVA EL PERÚ!

 

 

 

 

Eugenio Sánchez Bacilio