El destino eligió que te mirara.
Que tus ojos capturaran mi sonrisa.
Tu esencia conspiró con mi pasión.
Mis noches, brillaron bajo las 107 estrellas de tu cuerpo;
y te fundiste en los vacíos de mi alma.
Se destrozaron las murallas,
bajo la melodía de nuestros oscuros acordes.
Sueños, crecieron en los umbrales del insomnio.
Como vil ladrona estabas a punto de robar mis sentimientos,
Sin embargo, cuál cobarde;
elegiste perderte en la bruma del olvido.