Trato en ocasiones de sostener tus silencios
y es que me doy cuenta y eso basta
y tú, mujer, adviertes mi reparo
u otras trato de mirarte, solo mirarte
y a veces lucho y otras acaricio
y a veces recuerdo que fui victimario
una violencia nacida de ser violentado
y recuerdo mi historia familiar
y entiendo
y recuerdo con nostalgia y me pregunto
si soy esto
o cuál es mi relación contigo?
vives dentro de mí?
entonces, mujer, sin duda aprecio
cosas que no nos separan
a vista incluso de la opresión institucionalizada
cosas que tú entiendes antes de la palabra
como una madre mirando tu niñez
sin la necesidad de decir nada.
Recuerdo a mi madre
y me veo tan de otra parte
y por supuesto los conceptos hombre y mujer
desde el alcance descriptivo
no alcanzan estas zonas donde ninguna letra
nos violenta
y tiendo, mientras recuerdo, en pensar
es demasiado tarde
¿pero demasiado tarde para qué?
bueno, y no quiero saltarme este privilegio
este cuerpo que acaso a todos nos tocare
tarde o temprano
la verdad es que no sé
pero no quiero saltármelo mientras te hablo
algo complemento, algo no soy
algo diferencio
pero, ay, déjame no querer ser esto
ni lo otro
dudo si me alcanza algo de ti
dudo porque pareciera que la cultura
tiene una personalidad cual rascacielo
que se vuelve agua y luego espejo
y ves algo de ti identificarse
una mancha
pero, claro, ninguna escala de conciencia
es sin antes haber saltado eso
y aquí me encuentro y soy contigo
y aquí te veo
¡que pasen milenios!
¡luz, lucha de tierra y confianza!
redireccionar la mirada viene de ti
como única fuente capaz
para entregar amor hacia el porvenir