Me cansé de apreciar la oscuridad sin un resquicio de dolor, observando distante aquel rayo de luz, que impregna levemente mi habitación desolada, habitada por serafines ebrios de soledad.
Me cansé de beber sin obtener a cambio el olvido de mis penas, coteniendo bombardeos en mi corazón a causa de la resaca o quisas de tu recuerdo que habita entre mis sabanas blancas.
Me cansé de mirarme al espejo observando lentamente el pasar de los años, pocos para algunos y eternos para los que pisan mis talones, me miro y no observo nada, una simple silueta perdida entre miradas.
Me cansé del mundo que no ofrece más que fatalidad y desolación, quisas los muertos nos visiten esta noche, quisas las brujas nos conjuren bajo la luna o quisas la muerte nos ha olvidado.
Me cansé de esperar a un salvador que desprenda los males de las almas castigadas por la debilidad de los mortales, ahora me rindo ante la ausencia de esperanza, sin saber quien me acompaña en este sufrimiento.
Me cansé de escribir y describir como tengo que fragmentar mi vida a base de fracasos o logros, me he dormido noches enteras sin soñar algo estable y en otras de insomnio bebiendo hasta el olvido.
Simplemente me cansé de todo, y aunque no desee morir, hace tiempo deje de vivir.