Diego Nicolás García Contreras

No si puedo (pokitingo) (5)

Tu tez terca tala textos eternos.

Para mirar solo con tus ojos

NO. 

No quiero concordar con nadie todavía,

con nadie que pueda hablar. 

Que no vea la excepción a la entropía.

¿Sabes? 

Deberías subirte sobre un cisne de vez en cuando 

Y propiciar la armonía.

Porque es fácil catalogarnos fuera del mar.

YO NO ESTOY EN TU RED,

No duermo en tu reja, 

Sin una cobija.

 

Muero por bostezar y de una vez exhalar un poema;
El hálito esencial de mi cesta,
el aroma ideal de mi casa,
y hacerme suspirar de dicha.
Que me remonte al hito retozante de mis inicios,
que me lleve a la mirada exquisita de mi impronta,
al grito hilarante de mi nube onírica; que me colme (sin inundar).

Muero por exhalar un poema;
y que de un bostezo vuelva a mi esencia,
al perfume ideal de mi mochila,
al estuco potencial de mi casa;
Que fue un árbol, un vientre, por fin una pelota, un cuaderno, o las formas geométricas repetitivas que me dieron mis ojos, que olvidaron la norma.
Para fundirme en la mirada exquisita de mis dos por dos por dos a la potencia,
y retomar el inicio por las astas,
y figurar en mi cómic por las mañanas.

He de colmar luego a mi sombra, para que sintonice con mi alegría y no me aplaste. En un puerto olvidado en la lejanía. En la carretera salvaje de mi vida, a las 10 y media sin reproche, a las 12 y tanto sin huida.

Sin salida bebo el verbo noche,
y acato la fragua empedernida, de mi pecho haciendo el tum tulum ca en cualquier bosque,
en el que mi mente me deja todavía.
Y me abandona sin temor a que consiga, y me da cuerda para ver si meto boche.

En otro suspiro me he de quedar.
Cada tanto bostezará mi alma.
Que no me quede sin paz, que no me tenga piedad, y que me siga dejando miga en el camino para no perder serenidad.