Anthuan Hols Ksals

EL ESCLAVO

Quietas aguas se hunden en mí; atraen aquel fondo que siempre me observa. Carga conmigo el peso inútil de las cosas y los días. Los suspiros de los lánguidos relojes agotan mis horas. Afligidos susurros me oyen, y mis noches extienden un solitario insomnio. Esta vez, el fatigado abismo cae sobre un cuerpo. Me llaman de allá, donde nadie es.