juan sarmiento buelvas

LA LUNA Y EL MAR.

Ella…. Eterna inspiradora de la noche y sus amantes eternos.

Él…. Embrujador espejo donde Ella admira la redondez de su iluminada belleza.

Luna que de su amor obtuvo su mar azul y embrujador.

Luna que al mar atraes con el poder de tu marea para que él se empine y sentir su fragancia menos distante.

Aunque el quizá; no lo perciba;

Ella… lo enloquece al ejercer su dominio sobre Él para amarlo más cerca.

Así es el amor:

loco, desenfrenado, sincero;

Sin misterios, pero incomprensible.

Sin fronteras, pero con límites.

Él… Se enfurece cuando en las madrugadas, montañas alcahuetas se la roban y queda impaciente y celoso.

Se agita, invoca Tsunamis, hunde barcos y arrasa tierras costeras.

Ella . . . En cambio, ella no le importa dejarlo:

Porque sabe que a su regreso lo encontrará y lo tendrá, calmo agitado, frío, tibio.

Pero ahí estará;

Esperándola, y ella se verá reflejada en el rodeada de estrellas.

Luna alcahueta…

Luna celosa de mis noches de inspiración…

Luna que me iluminas para que mi corazón no muera de amor…

Luna de eternos enamorados que bajo su mirada de equimosis cráteres me vigilas en la costa de arenas blancas, como en los atolones de alargadas y esbeltas palmeras que bailan al compás de la brisa

Luna enamorada de su mar...  donde marineros ahogan sueños en altamar cual rosadas esquelas perfumadas de jazmines que son prisioneras de botellas naufragas en el atolón de sus recuerdos.

Luna celosa de itinerantes botellas embrujadas por reflectantes destellos nocturnos que algún día Encallarán en alguna playa lejana del amor de sus amores.