Nuria de espinosa

A qué esperas?

¿Recuerdas cuando en silencio me mirabas?

¿El porqué yo siempre te ignoraba? Solo

sé que mi estupidez fue bálsamo entre aguas,

de un maremoto dormido y ya, perdido. 

 

Qué la telaraña que forjó tu espada

rociada por el aroma que arañaba

mi alma, fue surcada en el amor y la

esperanza; la ilusión,  y la pasión. 

 

¿Esperas que mi corazón te reclame? 

Si no hay vida sin muerte que olvida, 

el aroma del amor, y la ilusión;

ven y espera a que sueñe dormida.