Sepulcro Beltran

Éter Nocturno

 

Lo acepto, soy culpable, nada tiene que ver tu presencia en mis tontas expectativas, aunque tengas montañas de flores a tus pies, soy yo quien te llama perfecta pesé a la cruda realidad.

 

Lo acepto, soy yo él del problema, pues veo flores en el basurero, la sutileza maldita ante el caos inminente que provoca tu simple presencia, mujer de piel estelar.

 

Pero no dejo ir la eterna costumbre del viejo Adán, siguiendo en la incitación de buscar tus blancas piernas traviesas, de ese lunar en tu boca y de esos ojos tan brillantes que me provocan insomnio y el nocturno exceso de humo.

 

 

 

 

Eternas lunas.