boris gold

LA VIDA ME CUENTA COSAS

Estoy aquí sentado en el cordón de la vida y me puse a hacer un retrospectiva de lo vivido hasta este momento, el cuenta kilómetros de mi viejo motor, me indica que debo parar.
Y desde esta atalaya lo que veo no me llena de alegría que digamos, veo gente muy apurada para llegar…a ninguna parte.
Veo individuos robotizados gesticulando y hablándoles a un celular todo el día, como si el planeta girara a través de dicho aparato, llegando al colmo de tener sexo a través de él, ¿te digo la verdad? A mi los revolcones siempre me gustaron en vivo y en directo.
Las comparaciones serán odiosas pero hay que hacerlas, pongamos como ejemplo las letras de los tangos, en ellos cualquiera que los escribe es un poeta, en cambio las letras de la música que consumen los jóvenes de hoy…me reservo lo que pienso.
Uno de los tantos ejemplos en el tango nos dice: “estoy mirando la vida desde el cristal de un charquito”, aquí va una de las tantas “joyitas” modernas: “mueve tu carnaza mamasa”…¿Qué fino no?.
…y la vida va y yo como bola sin manija, a los tumbos, en bolas y sin documentos, a quién carajo le puede importar lo que piensa este viejo choto, que anda con esas huevadas de hablar con la luna.
Pero no todas son malas (para nada) las hay también buenas y a montones, lo que pasa es que a mil por hora son difíciles de verlas, todavía a pesar de todo me doy ciertos lujos, por ejemplo de vez en cuando veo volar alguna mariposa y a bordo de ella me remonto a mi niñez, algún bichito de luz y los pájaros alegrándome con sus musicales gorjeos, entonces me doy cuenta…QUE NO TODO ESTÁ PERDIDO.
Pero si de contradicciones se trata, este tiempo se lleva las palmas, no hay día en que la ciencia o la tecnología no nos deja de sorprender, con algún descubrimiento en pos de una mejor vida y por otro lado no deja de haber a cada rato, un nuevo conflicto que tiñe de sangre a un mundo que no termina de curar sus heridas.
Y entonces llega el momento en que ya con las bolas llenas pego el grito…PUTO MUNDO, PARÁ QUE ME QUIERO BAJAR.
Pero eso me tarda un suspiro y vuelvo a ponerme el disfraz de ciudadano sumiso…y me voy al mazo sin chistar.
¿La verdad? Ya estoy repodrido de nadar contra la corriente sin ganar una, acopié un montón de heridas dignas de mejor causa.
También soy muy consciente de saber donde estoy parado, en el equipo de la vida no toco una, nadie me da pelota dentro de la cancha y al final me doy cuenta tristemente, que estoy más solo que Adán en el día de la madre.
EPÍLOGO
¿Jugamos hermano a que podría introducirme en una máquina del tiempo? Dicho artefacto tendría dos botones con dos aplicaciones diferentes, el de la izquierda dirige la máquina hacia el futuro y el de la derecha hacia el pasado.
¿Qué haría una persona inteligente y centrada? Lo normal es que quisiera saber lo que le depararía el futuro, pero como yo no soy ni inteligente ni centrado, acertaron, no me interesa para nada el futuro…iría de una hacia el pasado.
Y en ese mismo pasado me veo en una esquina neutra de mi Buenos Aires, con veinte años y toda la pinta y el empuje del mundo, esperando escuchar el rechinar del tranvía, para dirigirme hacia aquella vieja confitería del centro de la ciudad, allí sería la cita con un gran y hondo amor, Doris, la dulce Luxemburguesa, la que me enseñó que el amor es pura magia y también me hizo dar cuenta…QUE BIEN VALIÓ LAPENA VIVIR AUNQUE MÁS NO SEA, PARA PODERLA CRUZARLA EN MI VIDA.
Alguien ya lo dijo:
¡ Y LOS SUEÑOS…
SUEÑOS SON!..
Boris Gold
(simplemente…un poeta)