Dame un poco del negro 
almacenado en tus cabellos 
para pintar tu sombra 
en las paredes de mi casa
Dame una parte del reflejo 
de mi rostro en tu mirada
ese sin manchas ni espejuelos
que se quedó asido 
como un botón 
a tus pestañas
Dame un poco de mi nombre
rehecho y vivo por tu voz
y alguna de tus palpitaciones
esas que viajaban lentas 
desde la boca al pecho 
para girar dentro del beso
Dame pasos y caminos
para ir tras mi mismo 
a ver si puedo hallarme
en los clamores que dejé 
esparcidos en tu cuerpo
donde me fui quedando
esperando 
otra lluvia
otra fecha
otra mañana
Eduardo A. Bello Martinez
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