RICARDO E MUNOZ P

CONTAR

 

 

 

Contar las palabras.

 

Contar los segundos.

 

Saber cómo un dulce sabor corre llegando a la boca.

 

Y en nada compete este pleno sabor a las viandas de esta noche especial que todos ansiamos con gusto, y que a tantos, por destinos trenzados entre tantas manos confundieron al punto de perderlos.

 

Es algo que viene de dentro y se amaña en el cuerpo.

 

Es regocijo que quiere prolongarse a lo largo de nuestro porvenir, pero lo sabemos proclive a abandonar por las diarias angustias más cada año a bien nos renueva.

 

 Es la venida de la esperanza en los brazos de un niño por siembre llegando en toda etapa de su vida.

 

Es a Jesús en su presencia de niño quien viene a regocijarnos llenándonos de sus bendiciones abriendo sus brazos e invitándonos en ello a abrir también los nuestros.