Diego Nicolás García Contreras

diadema (4)

Decidí disociar el daño,
dislocar el día de dos en dos.
Darlo todo para no empezar con berrinches
ni reacciones que duelen.

No llorar más en los ojos,
menos lamentos y medias dulzuras.

¡Dámelo todo diantres!:

Besos con choque de dientes
y radiantes sonrisas.

Dímelo a veces, ¿dudas? 

Ni llorar, ni tomar, ni dudar.
Ni durar, ni todar, ni llomar.

Marcho a cada rato, en silencio, de un lado a otro sin domar
dilemas...

¡y qué! plum, cataplasmas de duraznos y zan, se acabó.

Duele, duerme a los días.
Desea, lanza dardos venenosos al propio centro.

Damascos, se dan y no duran, se donan y no hacen drama.

Adios, me acabé, me harté hasta de los números, 

Diego, son adornos...