Poemas de Pepita Fernández

Tu regalo... esa Cajita de música

Ese día, lentamente abrí el regalo

sentí mi alma a punto de caramelo,

respiré en hondas bocanadas los aires norteños

 y le pedí a la Cajita, mis grandes anhelos:

-En tu melodía concédeme sentir la tibieza

 de sus manos,  tal vez inquietas 

cuando tocaban tu musical silueta.

 

 Brilla para mí con la misma luz de sus pupilas

al contemplarte  imaginando mi sonrisa.

 Regálame el olor de sus deseos

sabiendo que contra mi pecho

yo te abrazaría.

 

Descuelga sus ansias desde mi cuello

para que los latidos de  tu pentagrama

 atropellen y borren la lejanía.

 

Con cada nota musical

renueva la esperanza de nuestro encuentro

 con sabor a eternidad.

 

Déjame que acompañe tus compases musicales

en los brazos de una utopía nueva

que  dentro de mí hoy tiembla.

 

¡Dulce Cajita ,has  cruzado los océanos,

para traerme un sol eterno de amor!

Entonces… ya no hubo palabras,

solo fui un río desbordado de emoción.