Moisés Sánchez

Para siempre.

A merced de tu recuerdo se mueven mis palabras.

Bailan, como si nadie las escribiera.

Sienten, como si la hoja las seduciera.

Aman, quizá, tanto como yo amo tu memoria.

 

En este silencio encuentro tu voz acariciando mis oídos, ¿con qué clase de delirio vivo que me apropió de ti estando tan lejos?

 

Dejo fluir mi amor y no forzo nada a salir, quiero que mi sentir hable por mi,

que mi mano escribiendo te traiga aquí,

que mis ojos te miren mientras juegas a las escondidas entre las líneas,

que tu perfume relaje mis letras,

y tu voz dentro mío me ayude a dormir.

Buscando inspiración para escribir apareció tu recuerdo.

 

Necesitando un motivo para revivir vienes tu con esa sonrisa que me acoge y me deslumbra, con tus manos que siembran vida en mi piel, con tu boca que se vuelve mi oasis con tu saliva... Contigo que me salvas de mi, y que me construyes y me apoyas,

que me retas,

que me sumas y no restas,

que nos damos la vida a cambio.

Que me curas y me mimas, que en la guerra con la soledad tus labios se vuelven la tregua.

 

Rezo al viento para que tu aliento me bese la cara, para que te lleve cada suspiro que tu ser me arranca, para que cruce tu camino con tu el mio y nos mantenga juntos, respiro a respiro.

 

Sin embargo, deseo mas el vivir contigo, el verme tu marido y el dormir haciendo el amor y el despertar en tus brazos protegido. El saborear tus poros caricia a caricia.

 

El verte despertar y tu pelo me salude cubriendo mi almohada, el bañarme en tu sudor cuando la pasión nos invada y gimas mi nombre con delicia, con tu boca excitada.

 

Que me hagas tuyo a cada momento de mi vida porque amor, esa seria, la forma mas noble en que viviría: en la dicha de pertenecerte.

En el milagro de poseerte.

En la realidad de que, si aún no te diste cuenta,

yo nací para tenerte, naciste para tenerme.

Estamos aquí...

Para siempre.