A. Martinez

Madrugadas.

 

Ella es mi paridad
mi simetria
el eje exponencial
que soporta
las rotaciones
de una edad
que no detiene
su vorágine
es
el antídoto feliz
la llama erecta
que sostiene
la verdad
bajo los aguaceros
es el lente
que me prestan
sus ojos
para refinar
los bordes lúdicos
de las imágenes
que mi sola mirada
ya no alcanza
es el pasaje de ida
en asientos de primera
por sobre cordilleras
que con picardía
ocultan las
sinuosidades del mar
es el llegar
el beso
la caricia
la verdad
que abunda
entre sus senos
transparentes
suaves y firmes
como panes
frescos
de una madrugada
de las madrugadas
de mis madrugadas

 


Eduardo A. Bello Martínez
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