Ezequiel Hugo Gonzalez

Día de lluvia en otoño

 

En medio de la ciudad.
Y de luces y ruidos.
Camino entre una multitud de gente.
Y ninguna se parece a vos.

Siento arcadas
cada vez que pienso en el amor.
Porque yo no tengo un angel,
para que me cuide
o me prohíba llorar.

Ahora empiezo a dar cuenta,
de que todo parece tener gusto
a enfermedad terminal.

Yo no soy especial.
Para nada especial,
pero hay mucha gente tonta,
que me quiere igual.
Y esa gente tonta no me importa.

¿El infierno será así?
¿Tan egoísta y deprimente?
¿Haré buenas migas con Lucifer?
Digo, el día que me muera.
Yo espero no estár solo allá también.

Ahora, necesito correr.
hacia alguno de esos lugares.
A los que no te pude llevar.

Estoy roto.
Demasiado diría.
Pero es normal,
porque estas cosas siempre pasan en otoño
Así que confìo en poder juntarme.
Pedazo por pedazo.

Y no confío en nadie.
Para que me ayude.
Esto me incumbe a mi solo.


Oh, pero antes voy a tomar un descanso.
Me siento agotado.
Voy a beber unas cervezas.
Y fumar unos cigarros.
Y voy a tomar una siesta.
Y espero despertar.
Para poder juntarme.
Y sonreírme de nuevo.