Eres Cristo en sustancia
Y el hijo de todos los tiempos;
Eres el ángel de luz,
Que cura a la humanidad sus lamentos.
Quisiera poder besarte
Y decirte cuanto agradezco,
Que me hayas salvado el alma,
Que hayas muerto por mí,
Que hayas dado hasta tu vida
Solo por verme feliz.
Eres la estrella que se ve en el firmamento,
Eres la luz que ilumina cada día;
Eres del cielo su azul intenso,
Eres del universo tantas melodías.
Tú viniste a redimir al mundo
Y del hombre fuiste su salvador,
Tú que emanas de lo más profundo,
Eres energía, eres fuego transmutador.
Siempre en mi corazón has de estar
Como palpitar incesante;
Eres en mi vida la gran verdad
Y por ti vivo a cada instante.
Eres el Divino Niño
Y el cielo te concedió,
Que cuidaras de nosotros
Y nos dieras mucho amor;
Que sanara a los enfermos
Con tu grata bendición;
Y que ablandes en nosotros
Nuestro duro corazón.
Padre, has hoy el milagro,
De la maldad acabar;
Siembra en nuestras almas,
La necesidad de amar.
Bendita fuerza celestial,
Cúbrenos con tu manto protector;
Divino Niño Jesús,
Échanos tu bendición.