alupego (Ángel L. Pérez)

EN SILENCIO...

EN SILENCIO...

 

Quedó en silencio la rima,

mientras el verso bailaba,

sobre la nítida página.

Versó la línea romántica,

deslizándose sin pausa,

en el espacio que amaba.

En cada instante plasmó,

la esencia de sus palabras.

 

Soñó el poeta la nota,

de su loca melodía.

Y en cada verso su boca,

dibujó la fantasía.

Temblaron sus tensos nervios,

plenos de arte y poesía

y en silencio los gorriones,

se posaron en su rima.

 

Cruceros en las mareas,

donde habitan las sirenas,

enamorando los versos,

con su hermosa letanía.

A oídos del poeta llega,

arrebatando su vida

y mil canciones sollozan,

entre la noche y el día.

 

Quedó en silencio el cantor,

preso en su sabiduría.

Y la estrofa en su interior,

perfumándose de vida,

a la boca se asomó.

Fluyó el torrente en sus labios,

incontenible y suicida

y el espacio se inundó,

del sabor que pretendía.

 

Poeta que busca el centro,

donde arden las vigilias.

En el clamor del silencio,

con la mente enfebrecida.

En cada hueco sin nombre,

se quedó la fantasía

y nacieron las palabras,

bailarinas y atrevidas.

 

En trance quedo la aurora

y al alba quedo dormida,

entre vapores de sueños

e incipientes pesadillas.

Majestuosa flotó la idea,

mariposas variopintas,

observando en las rendijas,

entre la noche y el día.

 

El amor quedó flotando,

como un globo a la deriva,

translúcido y en silencio,

buscando vida tras vida.

A.L.

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06/01/2020