Paulín

Un pobre loco

Vino caliente, canela y anís

que alimentan la ilusión.

Mas dura poco,

te enfrías hasta los huesos.

Te vuelves antónimo.

Contrastes de ti.

Bandera roja.

 

Yo soy libre, y te quiero libre.

Pero esa necesidad tuya

de constantes pruebas de afecto.

Bichos desesperados, dando vuelta en tu cabeza.

Diagnóstico: un pobre loco.

 

Y como mago,

hiciste aparecer de la nada

frutas podridas

que me imputabas.

¡Ay, a mí sólo me sorprendía!.

 

Al final no me arrepiento,

hoy agradezco por lo aprendido

y por lo bueno,

que un pobre loco,

la mayor parte del tiempo parece cuerdo

y esa cordura

alegró mis días.

 

Me voy a tiempo.

De un pobre loco yo ya me alejo,

¡que me encariño!

Ya la vida me lo dijo a gritos.