Jesús Oscar Ugalde

Carta instrospecta

Te escribo esta ocasión, esta ocasión escribo para ti,

Como una cuesta que añora indulgencia

Sepultando mis erráticos pretéritos,

Con miras a un camino sin la congoja presente,

Para sacarla del pecho herido,

Quiero, deseo, comenzar un punto fijo solidarios.

 

Viviré en valor vuelto día a día,

El intelecto que admiré, que cultivé otrora, volverá a ser mi baluarte

O mi estandarte divina esperanza

O el aguerrido corazón en tiempos de dolor,

O la sonrisa que encuentra en el momento crítico el ansia aligerada.

 

Si es un defecto proyectar ingenuidad que se pervierte en la sombra de los cuervos,

Te prometo hoy jamás vivir de cerca ni por ambición legítima, ni por insinuación progresiva su maldad infame,

Solo a cambio quemo con toda intención la culpa del daño causado a tu pura ensoñación.

 

Desde hoy te conmino a olvidar el lamento que nos ha matado y apolillado el arrojo,

Crea hoy una nueva ilusión, de aquellas que te encumbran bonito,

Una de aquellas que te endulzan cada día, que hasta inculcan tu albedrío de capitán en su navío fiel.

Si el actual momento da felicidad te diré “lo mejor está por venir”. Lo creeremos, lo dilucidaremos.

 

Con solo perdonarme.