Observo de la vida su escenario
y miro podredumbre por doquiera;
el pobre, que su cruz lleva al calvario,
el niño, que del mundo amor espera.
Escucho que los curas y pastores
bendicen las acciones de tiranos;
y miro que principios y fervores
quedaron entre brumas, muy lejanos.
Semillas de maldad vienen dejando
un mundo desolado y sin conciencia,
y observo compasión agonizando
en medio de oropel de conveniencia.
Amor se ha convertido en un objeto
que tiene ya su precio estipulado;
y todo en esta tierra está sujeto
al frío calcular del gran mercado.
Piedad es un producto ya extinguido
que nunca producía gran ganancia,
que esperan los gusanos que han vivido
a costa del dolor y la ignorancia.
Justicia, y la equidad, ya son dicciones
que fueron del idioma suspendidas,
dejando en su lugar otras opciones
que quepan con codicias desmedidas.
Oscilan muchos nobles ideales
en negro acantilado de intereses,
y caen, del dinero en sus canales,
que compra corazones con sus mieses.
Me quedo contemplando el infinito
rogando que aparezca un gran quijote,
que rompa del dolor su negro mito
haciendo que impiedad su fuerza agote.
Autor: Aníbal Rodríguez.