Santiago Esquivel

Septimo lamento. (Recitado)

Septimo Lamento.

 

Fueron mil millones de balas la que impactarón sobre mi pecho, Mil millones de lágrimas las que nacieron en mi alma. El fuego de una herida inconclusa volvió a quemar como nunca. La amargura de un dolor inesperado volvió a herirme como siempre.

Camino desamparado por el frío sendero de una noche melancólica, por el oscuro pasillo fúnebre de un recuerdo trastocado... ya solo soy un abrazo perdido en el tiempo, un inigualable cariño muerto por su falta de existencia... ya solo soy transeúnte, una presencia fugaz, un mero chispazo de nostalgia, un efímero instante trágico del infinito...

Mis lágrimas caen decepcionadas, sumisas al eterno avatar de lo inentendible, sumisas al asqueroso llanto perpetuo de lo inesperado. ¿Quién observa hojas que no estén marchitas? ¿Quien observa infinitos que no se hayan terminado?

Lamentos nacen desde un puñado de acciones irremediables, Lágrimas mueren degolladas desde un par de párpados cansados. Esta noche está impregnada de versos muertos de amargura, este insomnio está inundado de sentimientos corrompidos.

¿Quien puede mirar un fantasma y no perder su vista en lo que hay detrás de sus párticulas traslucidas?

¿Quien puede sentise acompañado de una presencia intermitente?

¿Quien puede atesorar la vida de alguien que olvidó lo que es vivir?.