Hugo Emilio Ocanto

*** Estás en mi vida, no seré un suicida ***- - Poema - -Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

¡Qué locuras uno a veces siente!

A veces piensa... partir... hacia ese viaje

del que no se vuelve.

El estar con los ojos cerrados

definitivamente, en la oscuridad.

Después de la muerte...

¿qué se halla?

¿hacia dónde vamos?

No lo sé. Tú... ¿lo sabes?

¡qué tonta pregunta!

Si estás viva, como yo.

Estás sobre esta bendita tierra.

Pisando parte del mundo

que Dios creó.

Las veces que pensé en suicidarme...

¿tan mala ha sido mi vida?

No, no, no...

Ha sido maravillosa.

Con algunos altibajos,

algunos sinsabores,

como te ha pasado a ti,

y al otro, y a aquel,

a aquellos, a todos...

Pero hoy hablo de mí, y de ti.

Estabas sola en la vida,

también yo lo he estado.

Nos conocimos. Dialogamos.

Paseábamos felices por la vida.

Nos propusimos ser egoístas,

ser solo tú y yo.

Sin ser indiferentes a la realidad

del mundo, de nuestros semejantes.

Pero un día decidimos vivir

solamente para nosotros dos.

Pero las parejas proponen,

y el destino dispone.

Tuvimos que separarnos,

por esas cosas de la vida...

Tú quedaste sin mí,

yo quedé sin ti.

Separados, distanciados...

Y ahí comencé a ser un hombre solitario.

Casi indiferente a todo

lo que me rodeaba.

Ni yo mismo podía creerlo.

Yo indiferente... cuando

toda la vida he pensado en los demás.

Y en mí... ¿quién pensaba?

Hoy, ¿ quién en mí piensa?

¿dónde está ese ser?

Lo busco, la busco...

No los encuentro...

¿dónde están?

Me doy cuenta, me han abandonado.

Estoy solo en el mundo.

Pero el mundo está poblado

por millones de seres.

Entonces...¿qué es lo que me pasa?

Claro, tú no estás conmigo.

Estás... lejos...

cierro mis ojos... imagino tomar

la mano de Dios...

también tener entre la

mía tu mano...

No están, no existen...

Pero mi imaginación me lleva

a sentir tu mano,

y la mano de Dios.

Imagino estamos los tres juntos.

Las veces que pensé en suicidarme...

¡qué cobarde he sido!

Vivo acompañado de la presencia de Dios,

su mano y la tuya están

cada una sobre mis manos...

Cómo puedo llegar

a seguir deseando la muerte...

No, ya no. Deseo la vida.

Cargando sobre mi alma

todas las penas, soportándolas,

aceptándolas. Vivir.

La vida es hermosa

aunque se sufra.

Aunque duelan las injusticias

y las maldades, de los que

no saben lo que hacen...

Tú, mi amor, y Dios, Mi Salvador,

y el de todo ser de la tierra,

están en mi corazón y en mi alma...

no he de ser un suicida.

Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 15/03/2013)